.

jueves, 6 de septiembre de 2012

LA DAMA DE LAS SERPIENTES (Capítulo Cuarto)

  "Un atardecer, Pan llevó a Potnia a buscar miel silvestre, era un cálido día de verano y las abejas zumbaban perezosas alrededor de la colmena, sin ánimo de atacarlos. Arrancaron unos fragmentos de panal y empezaron a lamerlos, disfrutando del néctar, sin importarles cómo resvalaba por sus manos y brazos, llenándolos de pringue.
 Mientras comían hablaban animados, sin embargo, Pan notó como el exceso de azúcar lo empezaba a embriagar, permitiéndole apreciar la esquiva belleza de aquella chica de pelo tan dorado como el sol. Así que, sin él quererlo, se le empezó a ir la cabeza, y no fue capaz de controlar su naturaleza. De cintura para arriba era un dios, pero de cintura para abajo, un macho cabrío.
Potnia se dio cuenta de esto, y la mirada de deseo del dios, fue para ella como una corriente de licor templado recorriéndole las venas.
 El dios se acercó mucho a ella y comentó:
- Mmmmm, tienes el olor suave de las vírgenes. No te asustes, pero te voy a lastimar hasta hacerte sangrar.
Y sin más, la acostó sobre las hierbas, y la fue probando entera, hasta que, finalmente, las embestidas del dios llenaron a Potnia de dolor y placer, hasta hacerla gritar.

Cuando ambos terminaron, Pan cogió en brazos a la chica desnuda que aún temblaba. Cargó con ella hasta uno de los santuarios de la isla dedicados a él, y que le servían de improvisados refugios.
Una vez allí, el dios abrió un cofre del que sacó unas hermosas prendas: una larga falda de volantes con mandil bordado, un corpiño que le cubría el talle y los brazos, dejando los pechos al descubierto, y una corona hecha de plantas y frutos.
-Te tienes que deshacer de tus antiguas ropas y de tu antigua vida, igual que te has deshecho de tu virginidad. A partir de ahora te vestirás de acuerdo a tu nueva naturaleza- le reveló el dios Pan.
Potnia obedeció y se atavió con aquella indumentaria, que ya todos nosotros, felices habitantes de esta fecunda isla, conocemos de sobra; y que pasaron a  ser los atributos más representativos de nuestra diosa.

Tras ese día, Potnia se sintió una persona nueva, y decidió quedarse a vivir para siempre en la cueva que le había servido de refugio la noche que llegó a la isla. Allí se dedicó a aprender por su cuenta todo tipo de hechizos y remedios.
Pronto empezó a ser conocida en la isla, y numerosos visitantes iban junto a ella para pedirle pócimas y consejos. De este modo, Potnia vio cumplido por fin su sueño de formar parte de una comunidad.

Aún así, nunca abandonó la compañía de los animales, especialmente las serpientes, a las que seguía atrayendo con la misma intensidad de cuando era niña.

Sin embargo, había noches en las que le parecía oír un extraño rumor amenazante que provenía de las entrañas de su cueva, y pensaba que eran los demonios de su pasado, que la venían a molestar.
En esas noches solía venirle a la memoria su terrible profecía, y no podía dormir."

No hay comentarios:

Publicar un comentario