Querer compartir con alguien que solo está en mi cabeza
no me calma.
La voz con la que te hablo se vuelve áspera
lo que te cuento va perdiendo interés
y tu figura se va deshaciendo
como una pintura de tiza en una pared rugosa.
Hablar contigo cuando no estás no me calma,
Estiro la masa de nuestras conversaciones
que se seca y se resquebraja
y me quedo inventándome tus respuestas
cada vez más espaciadas
cada vez más vagas
como la última vez que hablamos.
Y solo queda arena que raspa mi garganta
Por eso no hablo mucho últimamente
Por eso soy de pocas palabras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario